Tiene 84 años y sigue recorriendo los ensayos de investigación en microparcelas y los lotes de producción de la empresa que fundó hace más de tres décadas y que provee genética de maíz en Argentina, Brasil, Estados Unidos, Uruguay, Paraguay, Bolivia, México, entre otros países. Se formó en Estados Unidos en las universidades de Houston y Iowa. Fue accionista y director de Morgan, empresa de semillas de maíz referente en Argentina en las décadas del 70 y 80.
En 1993 fundó Rusticana, una empresa familiar, de capital 100% nacional, dedicada a proveer genética de maíz bajo licencias y servicios a la industria de semillas. Más de 12 empresas argentinas venden bolsas de semilla de maíz con su genética.
Rusticana es líder en investigación de especialidades de maíz y desarrollo de productos y cuenta con un banco de germoplasma de maíz propio e inédito con materiales adaptables a zonas templadas y subtropicales.
Investiga y desarrolla nuevos híbridos de maíz (semilla), que tienen más rinde, buena tolerancia a enfermedades y buena arquitectura de plantas.
La empresa, con tres generaciones en el mundo de la semilla, abastece a marcas como Quilmes para hacer la cerveza con semilla no transgénica, y atiende a exportadores que tienen vinculación con Kellog`s de Europa.
Un referente de la genética de maíz en Argentina
A los 86 años, Sam Hyland es una personalidad clave en la historia de la genética de maíz en Argentina. Inició su carrera en el sector energético, pero su destino cambió al vincularse con la familia Morgan, fundadora de uno de los semilleros más importantes del país. Tras capacitarse en Estados Unidos, Hyland fue parte fundamental del crecimiento de Morgan Semillas, donde ocupó el cargo de vicepresidente y lideró la expansión genética y comercial de la empresa.
En 1993, tras la venta de Morgan, fundó Rusticana Criadero de Semillas en Colón, Buenos Aires, con foco en la investigación y mejoramiento de maíz. A lo largo de tres décadas, Rusticana se consolidó como proveedor estratégico de híbridos y líneas parentales para empresas locales e internacionales. Fue pionera en el desarrollo de materiales Flint para Kellogg’s, ARCOR y Quilmes, así como en híbridos con alto contenido de aceite para Cargill.
Rusticana también incursionó con éxito en el uso de eventos transgénicos post-patente y expandió su presencia en mercados como Brasil y Estados Unidos. En los últimos años, la empresa logró un 4% del market share argentino y más de 20 licenciatarios.
Hoy, con su hijo Peter al frente, Sam Hyland continúa dejando huella en el agro argentino con una empresa que combina innovación, experiencia y proyección internacional.
Fuente: Clarín